El sistema de progreso Vitae: ponlo en práctica y logra tus metas

sistema de progreso

Para progresar hacia tus metas necesitas un sistema que te ayude a tomar mejores decisiones (y a disminuir frustración). Pon en práctica el sistema que te comparto a continuación y logra los resultados que buscas.

Hacemos varios cambios a nuestra alimentación, rutina de ejercicio y estilo de vida, y cruzamos los dedos esperando que nos de resultados.

Vemos algunos avances, pero después de algunas semanas el progreso cesa. Nos asustamos, entramos en pánico (¿¡qué está pasando?¡) y hacemos cambios repentinos en medio de nuestra desesperación, pero seguimos sin progresar.

Nos frustramos porque “el plan no funciona” o “porque no tenemos remedio”, y desistimos… para luego volver a empezar el ciclo.

Lo que falla en estos casos rara vez es el plan, sino la manera en la que se ejecuta.

El problema es que embarcamos en el camino hacia nuestras metas sin una estrategia, sin un sistema. Pon en práctica el sistema de progreso Vitae y avanza con seguridad hacia tus metas.

 

El sistema de progreso Vitae 

Paso 1: Obtén el punto de partida de los indicadores que significan progreso para ti

Tus indicadores de progreso pueden ser aspectos como los siguientes:

  • Cambios físicos en tu cuerpo: como tu peso y medidas de circunferencia
  • Tu capacidad de recuperación: como tu calidad de sueño, niveles de energía, niveles de estrés…
  • Tu salud: como niveles de dolor, perfil sanguíneo (triglicéridos, colesterol, azúcar/glucosa, etc.), tomar menos medicamentos, etc.
  • Cómo te mueves: como tu flexibilidad y capacidad para moverte
  • Cómo te desempeñas físicamente: tu fuerza muscular, condición física o desempeño en deportes

Por ejemplo:

  • Si la meta es quemar grasa, mide tu peso y circunferencia de cintura.
  • Si la meta es disminuir estrés, determina tus niveles subjetivos de estrés diario del 1 al 10.
  • Si la meta es aumentar fuerza, determina cuánto levantas en x ejercicio.

Saltarse este paso es un error común: comienzas un plan sin saber cuál es tu punto de partida. Y sin un punto de partida, ¿cómo sabrás que estás progresando hacia donde quieres ir?

 

Paso 2: Enfócate en una acción a la vez (y olvídate de tus metas)

Selecciona una acción que te ayudará a progresar hacia tus metas. En lugar de pensar en que no harás (“no voy a comer ultraprocesados”), establece la acción en términos positivos, di que harás. Por ejemplo:

Énfasis en esto: selecciona UNA acción.

Por más que pensemos lo contrario, enfocarnos en una acción a la vez es la mejor manera de ser consistente y establecer hábitos que mejoran nuestro cuerpo y salud.

En su libro El poder de lo simple, el autor Leo Babauta describió lo siguiente al tratar de mejorar su estilo de vida:

  • Cuando intentó hacer un solo cambio en su vida, lo logró alrededor del 85% del tiempo.
  • Cuando intentó hacer dos cambios simultáneamente, lo logró solo un tercio del tiempo.
  • Cuando intentó hacer tres o más cambios al mismo tiempo, casi nunca lo logró.

Sí, todos queremos resultados rápidos, pero sabemos que así no funciona.

Solo puedes avanzar un paso a la vez. Y solo puedes lograrlo al enfocarte en una acción a la vez.

¡Pero es que YO sí puedo hacer más!

Yo sé, es normal tener esta idea. Tendemos a sobrestimar nuestras habilidades o a pensar que debemos de empezar con más. Si surgen este tipo de pensamientos, trata de ignorarlos.

¿Y porqué nos enfocamos en acciones?

Porque lo único que está bajo tu control son tus acciones diarias. No controlas que tan rápido ni cómo obtienes tus metas. 

Olvídate de tus metas, sácalas de tu mente y enfócate exclusivamente en acciones.

Si consistentemente pones en práctica acciones diarias, puedes tener la confianza de que tarde o temprano alcanzarás los resultados que buscas.

¿Cómo y cuándo?

No sabemos.

 

Paso 3: Monitorea tu consistencia

Lo que te lleva a tus metas son las pequeñas acciones que consistentemente pones en práctica. Mientras que las implementes el 70-90% del tiempo, obtendrás resultados.

La pregunta es: ¿cómo sabrás cuál ha sido tu nivel de consistencia?

Monitoreándola objetivamente.

La idea es tener un registro de qué tan consistente has sido con tus acciones.

Cada día, pregúntate:

¿Puse en práctica mi acción diaria?

Registra “SÍ” o registra “NO”.

Cómo monitorear tu consistencia

Para monitorear tu consistencia, usa alguno de los siguientes recursos:

1. Regístralo a mano en una hoja. Ten la hoja en un lugar visible que veas todos los días. Descarga esta hoja de consistencia o crea la tuya.

monitoreo de hábitos para progresar hacia metas

2. Usa apps.

iOS 

Android

 

Paso 4: Cada 2 semanas monitorea tus indicadores de progreso 

Después de haberte enfocado en una acción diaria durante 2 semanas, monitorea tus indicadores de progreso para ver si hubo cambios.

Por ejemplo:

  • Mide tu peso y circunferencia de cintura
  • Califica tus niveles de estrés diarios del 1 al 10.
  • Evalúa tu fuerza en x ejercicio.

 

Paso 5: Determina si estás progresando o no

Por ejemplo:

  • ¿Está disminuyendo el peso y/o la circunferencia de cintura?
  • ¿Tus niveles de estrés son menores?
  • ¿Levantas más peso o haces más repeticiones?

Ve el hecho de monitorear tus indicadores de progreso como una fuente de información y retroalimentación, no es “bueno” ni “malo”. Solo estás recolectando datos.

Si estás progresando, excelente, sigue haciendo lo que estás haciendo. Si lo deseas, agrega otra acción diaria para acelerar tu progreso.

Si no estás progresando, evalúa tu consistencia en donde sea que la estás monitoreando (paso 3). ¿Fuiste consistente el 70-90% del tiempo? 

Si no lo fuiste, mejora tu consistencia. Analiza qué fue lo que se te dificultó y tómalo como aprendizaje para seguir avanzando. No agregues ningún otro cambio hasta llegar al menos un 70% de consistencia en la acción que seleccionaste en el paso 2.

Si sí fuiste consistente, agrega otra acción, vuelve al paso 2 y repite el proceso hasta que obtengas los resultados que buscas.

 

En resumen

sistema de progreso Vitae

Ten paciencia

Pensamos que alcanzar nuestras metas es un camino directo, pensamos que semana tras semana y mes tras mes veremos progreso y que cualquier retroceso significa un fracaso.

Este no es así.

Por un lado, los resultados normalmente llegan más lento de lo que esperamos

Por otro, el progreso nunca es lineal. Habrá subidas y bajadas. A todos nos pasa. Esto es parte del proceso.

Transformar nuestro cuerpo y salud toma más tiempo de lo que creemos.

Estar en forma y llevar un estilo de vida saludable es un proceso largo y continuo. No es algo que ocurre de un día para otro. Se requiere de implementar pequeños y consistentes cambios que se acumulan con el paso de los meses y los años.

Piensa a largo plazo, progresa poco a poco y disfruta el camino.

 

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