Los beneficios de cometer errores

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He cometido muchos errores en diferentes áreas de mi vida, pequeños y grandes, inofensivos y perjudiciales, prevenibles e inevitables. 

Es cierto que todo error, sin importar su magnitud y consecuencias, es una oportunidad de aprendizaje, aunque hay errores que es mejor no cometer. En estos errores no me enfocaré. 

Aquí te quiero hablar de las ventajas de los relativamente inofensivos e inevitables errores que todos cometemos al tratar de mejorar y disfrutar más nuestras vidas. 

Por ejemplo, llevo un poco más de un año desarrollando la habilidad de la pesca submarina, es decir, pescar con arpón aguantando la respiración. 

Me sumergí docenas de veces e hice docenas de disparos hasta que pude capturar mi primer pez.

Al principio le echaba la culpa al arpón, un viejo modelo de los 80 o 90 que mi papá tenía guardado y que nadie usaba. 

No era posible que el pez estuviera en mis narices y fallara. De seguro el mecanismo de disparo estaba alterado. 

Pero no, el problema era yo y los errores que cometía. 

Hacia movimientos innecesarios que ahuyentaba a los peces, no apuntaba bien, era impaciente y disparaba antes del momento adecuado… 

Pero con cada error aprendía: 

“Ok, estás haciendo esto y no está funcionando, no lo hagas en la próxima vez que te sumerjas y haz esto mejor.”

Repetí este proceso hasta que por fin pude capturar una pequeña mojarra que se convirtió en una decente cena. 

Verás, no hay nada que valga la pena aprender que no venga acompañado de errores. 

Desde aprender un nuevo idioma o dominar la pesca submarina hasta ser una mejor pareja o un mejor padre o madre. 

Y aquí también entra comer saludable, entrenar para fuerza y cualquier otra habilidad necesaria para cuidar de tu cuerpo y salud. 

Y el que aprendamos de estos errores depende de estar abiertos a cometerlos, reconocerlos como tal cuando los cometamos y conscientemente aprender algo de valor de ellos para no volverlos a cometer, o al menos cometerlos cada vez menos. 

Pero rara vez hacemos estas tres cosas. 

Un problema es que el miedo a cometer errores comúnmente nos paraliza de actuar.

Hay dos viejas máximas que dicen: 

Si no estás cometiendo errores, no te estás esforzando lo suficiente.

La persona que nunca comete errores nunca hace nada.

Hay algo de cierto en estas frases. 

De hecho, cometer errores es un indicador de que una persona está dispuesta experimentar y probar cosas incluso cuando el resultado es incierto.

Y cuando se trata de mejorar tu cuerpo y salud, los resultados son inciertos. 

Puedes hacer todo lo correcto sin garantía de que las cosas sucedan cuándo las quieras y cómo las quieras. Esto ciertamente es mejor a no hacer nada, algo que sí o sí garantiza el fracaso. 

El otro problema es que no reconocemos nuestros errores y, por tanto, no aprendemos de ellos. Bueno, lo hacemos, pero a medias. 

Queremos aprender nuestros errores para así no repetirlos, pero, en realidad, no queremos investigarlos tan a profundidad. 

La razón de esto es que conscientemente reconocerlos a detalle es un golpe a nuestro ego. Nos hace sentir menos. Esto no sorprende dado que tenemos toda una vida condicionados a que cometer errores es “malo”. 

Así que la respuesta común no es aprendizaje, sino recriminación y olvido.

Pasa el tiempo, se nos olvida y cometemos el error de nuevo, nos recriminamos y se repite el proceso. 

Si en realidad aprendiéramos de nuestra experiencia las dietas restrictivas ya no existirían pues la gente ya se hubiera percatado después de un intento, o tal vez dos, de que no funcionan.  

Entonces, el primer paso es conscientemente reconocer cuando cometemos un error:

“Ok, nota a mí mismo: hice esto, no me funcionó, incluso me perjudicó. No lo repitas. ¿Va? Va.” 

El segundo, y tal vez el más importante, es cambiar de perspectiva. 

Si los errores son partes naturales y esperadas del proceso de aprendizaje, en lugar de verlos errores, que típicamente conllevan una connotación negativa, ¿porque no genuinamente verlos como oportunidades para aprender y como fuentes de conocimiento que nos ayudan a mejorar?

“¿Qué puedo aprender de esto que no me funcionó? ¿Qué puedo hacer para mejorar la próxima vez que estés en una situación similar?”.

Los hermanos Wright cometieron muchos errores en su intento de crear el primer vuelo. De seguro aprendieron en cada fallido intento. 

Thomas Alba Edison tuvo cientos de inventos sin éxito. Supuestamente dijo: “No he fallado, ni una sola vez. He descubierto diez mil formas que no funcionan”.

Y sin intención de compararme con Edison y los hermanos Wright, este proyecto, fitnessvitae.com, es mi tercer intento de una página web y negocio online. Y ni se diga lo errores que cometí al tratar de mejorar mi cuerpo y salud. En parte gracias a estos errores este proyecto existe. 

Ahora, mientras que los errores adecuadamente reconocidos nos ofrecen dirección para mejorar, es posible acortar la curva de aprendizaje. 

¿Cómo?

Al aprender de los errores de los demás, ya sea mediante cursos o al contratar a un experto que personalmente te guíe en tu camino. 

¿Ya no cometerás errores con un curso o con buen coach? 

Claro que sí, pero serán menos y prevendrás más. De hecho, a veces no sabes que un error es un error hasta que alguien más te lo apunta. Así te ahorrarás tiempo, energía y algunas frustraciones. 

La otra ventaja es que te quita el miedo a intentar cosas diferentes. 

Si quieres avanzar más rápido y con menos ansiedad hacia tus metas de cuerpo y salud, yo te puedo guiar y asesorar personalmente. Ve aquí para aprender más de mis asesorías personales.

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