A casi todos nos gustaría predecir el futuro.
¿Cómo será la salud del planeta en los próximos años y décadas? ¿Cómo se desenvolverá la Bolsa? ¿Qué ocurrirá con la economía del país?
En su libro Cómo realmente funciona el mundo (How the World Really Works), Vaclav Smil argumenta que por más pronósticos y predicciones que hagamos, no sabemos con certeza qué va a ocurrir en nuestro futuro planetario y humano, de la misma forma en la que hace 20 años no pudimos predecir el estado del mundo de hoy en día.
Según Smil, vivir con incertidumbre es parte de la esencia de la condición humana.
No pude evitar ver pensar acerca de cómo la incertidumbre aplica en nuestro camino hacia cultivar y mantener un buen estado de salud y en cómo influye en las acciones que tomamos (o no).
De la misma forma en la que la mayoría de nosotros corremos de la incomodidad, también corremos de la incertidumbre (después de todo, es incómoda).
Y una forma de correr de ella es mediante la inacción, engendrada por miedo a lo desconocido.
¿Para qué actuar si no sé si va a servir o no? Mejor no hago nada.
No nos lleva a ningún lado, pero al menos se siente seguro y cómodo.
La otra forma de correr de la incertidumbre es al fútilmente buscar certeza, al buscar controlar algo incontrolable.
Buscamos más y más información para obtener el plan “perfecto” que nos garantice los resultados que queremos en el tiempo que los queremos, sin altibajos.
Queremos averiguarlo todo antes de dar el primer paso.
Se siente como que estamos haciendo algo, pero en realidad estamos procrastinando. Es una búsqueda sin fin.
En las palabras de la maestra de meditación Sharon Salzberg:
Nuestros esfuerzos por controlar lo que es inherentemente incontrolable (en este caso, nuestro cuerpo y salud) no puede proporcionar la certidumbre que buscamos. Al buscar certeza, solo traemos sufrimiento sobre nosotros mismos”.
La cosa es esta: para crecer, mejorar y aprender, necesitamos ir al borde de la incertidumbre.1La frase “al borde de la incertidumbre” la escuché del chef argentino Francis Mallman.
Necesitamos tomar acción sin certeza de los resultados.
En el borde de la incertidumbre es donde encontramos lo que buscamos.
Tolerar la incertidumbre no solo tiene sentido en teoría, sino que evidencia preliminar sugiere que se relaciona con mayor bienestar emocional, en particular con menor estrés psicológico.
No estoy diciendo que tu vida esté llena de caos e incerteza, todos necesitamos un base estable y segura de la cual partir, una que cubre con nuestras necesidades básicas. Y si estás leyendo esto, asumo que ya la tienes.
Una vez que tenemos esta base, podemos explorar.
Un recordatorio haca mí y una invitación hacia ti: actúa con incertidumbre.
Estate abierto y dispuesto a tomar acción y experimentar incluso cuando el resultado es incierto.
2 comentarios en “Ve al borde de la incertidumbre”
Tal cual Guillermo. Me gusta pensarlo como lo proclamaban los estoicos… Hacer el foco en nuestras acciones y sentimientos que son las variables que podemos controlar. El resultado es indiferente pero si hacemos las cosas bien y con un sentido siempre tenemos más probabilidades de que resulte más parecido a lo que planeamos.
Saludos Desde Argentina
De acuerdo contigo Luis. En algún otro artículo escribí sobre justamente eso. No controlamos el obtener o no nuestras metas, pero sí controlamos las acciones que nos llevan a ellas. Y, como dices, si implementamos las acciones adecuadas de forma constante tenemos mayor probabilidad de alcanzar lo que buscamos. Un saludo de vuelta. 😉