¿Contar calorías afecta tu relación con la comida? Lo que un estudio descubrió.

Y la curiosa historia de las calorías.
contar calorias y relación con la comida

El concepto de calorías se ha vuelto una parte cotidiana del lenguaje que casi nadie se pregunta de dónde viene ni porque se comenzaron a usar con fines de mejorar nuestra alimentación y nuestro cuerpo. 

Demos un paso atrás.

Exploremos la historia de las calorías, de cómo fue que empezamos a contarlas y de su conexión con nuestra relación con la comida. 

La palabra caloría se originó como una unidad de energía en el campo de la física, no en el de nutrición. 

En 1887, el químico Wilbur Atwater uso por primera vez el término para definir la energía contenida en los alimentos.1Puedes leer sobre las historias de las calorías aquí.

Su uso original fue con fines económicos: se pensaba que si la población conocía la cantidad de calorías de los alimentos, entonces compraría aquellos que le dieran más calorías por menos dinero. 

Lógicamente, esto no funcionó.2Más sobre esta historia aquí.

Fue hasta 1918, cuando la médica Lulu Hunt Peters escribió el popular libro Diet and Health: with Key to the Calories (Dieta y salud: con la clave en las calorías), que las calorías se convirtieron en una parte central para perder peso. 

libro lulu hunt peters sobre contar calorías

Para ella, la clave para mejorar el cuerpo estaba en contar calorías:

De ahora en adelante vas a comer calorías de comida. 

En vez de decir una rebanada de pan, vas a decir 100 calorías de pan.

Según Peters, perder grasa era una cuestión matemática:3Cita textual ligeramente modificada por mí; Diet and Health: With Key to the Calories (pp. 18-19).

Mil calorías equivalen aproximadamente a 110 gramos de grasa. 

Entonces, reducir 1000 calorías por día equivaldría a una reducción de aproximadamente 3.3 kilos de grasa por mes, o 40 kilos por año. 

Estos kilos se pueden perder absolutamente al tener un conocimiento de las calorías de los alimentos y al regular tu ingesta. Ahora puedes ver la importancia del conocimiento de las calorías.  

La misma Lulu Hunt Peters, quien siempre había batallado con su peso, llegando a pesar 100 kilos, usó el meticuloso conteo de calorías para perder 32 kilos.

Excelente, ¿no? 

Visto desde afuera, sí. 

Desde adentro, desde la experiencia interna de Lulu, no tanto. 

Esto es lo que ella decía de sí misma:

Ordinariamente, cuando me veo en el espejo no me odio tanto… 

No importa cuánto trabaje, no importa cuánto ejercicio haga, no importa lo que sufra, siempre tendré que vigilar mi peso, siempre tendré que contar mis calorías.

Pudo regular su peso, sí, pero a costa de su bienestar mental y emocional. 

No se sentía libre.

El conteo de calorías jugó en contra de la misma persona quien popularizó este método. 

Historias como las de Lulu hay muchas, lo cual lleva a algunas personas a concluir que contar calorías causa una mala relación con la comida. 

Y para apoyar esta afirmación típicamente se citan estudios que han observado una asociación entre el conteo de calorías y una mala relación con la comida. 4fuente, fuente, fuente, fuente

Pero asociación no implica causa

Para aclarar esta cuestión un reciente estudio analizó si en realidad contar calorías causaba tener una mala relación con la comida.

Para averiguarlo, los investigadores les pidieron a 100 mujeres que tenían una (relativamente) buena relación con la comida que contaran calorías en MyFitnessPal durante un mes. 

¿Qué sucedió?

Nada. 

No pasó nada. 

Contar calorías durante un mes no afectó la relación con la comida de las participantes.

Tampoco afectó sus niveles de ansiedad, síntomas de depresión, imagen corporal o calidad de vida. 

En otras palabras, el bienestar mental y emocional de las participantes del estudio se mantuvo igual. 

Lo que puede suceder es que personas que tienen mala relación con la comida comúnmente recurren al conteo de calorías como una forma de solucionar preocupaciones que tienen acerca de su peso o alimentación y esto, a su vez, puede perjudicar el bienestar mental y emocional. 

Esto probablemente fue el caso de Lulu Hunt Peters. 

Aunque esto significa que el conteo de calorías sea “malo” por sí mismo. Es simplemente una herramienta que debe usarse en el contexto adecuado.  

Si usas un martillo para cortar madera las cosas no saldrán bien.

Y esto fue lo que hizo Lulu, usó una herramienta que no era para ella. 

Teniendo en mente que el cuerpo no funciona como una predecible ecuación matemática, así como las limitaciones del conteo de calorías, ¿para quienes sí pudiera ser una herramienta adecuada? 

Para el grupo de personas que cumplen con dos requisitos:

Lo curioso es que si cumples con estos dos requisitos probablemente te sentirás bien con tus resultados y no sentirás la necesidad de contar calorías.

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